La eficiencia energética en los hoteles, un mundo más allá del LED
Además del ahorro que proporcionan las bombillas, que llegan a consumir entre un 80 % y un 90 % menos que los otros tipos de iluminación que existen en el mercado, además de proporcionar una vida media de 10 años, existen más alternativas sostenibles que garantizan la eficiencia energética en los hoteles, un objetivo a lograr para conseguir una doble vertiente: por un lado, el ahorro en consumo, ya que los aparatos gastan lo justo y necesario; y, por el otro, a consecuencia de este factor, el usuario experimenta una reducción considerable de dinero en la factura eléctrica.
Los sistemas domóticos aplicados al hotel
En este sentido, la domótica puede ser un recurso asequible para maximizar el ahorro energético. Este sistema permite automatizar los distintos aparatos electrónicos, los dota de vida para que puedan funcionar mediante el control remoto, es decir, sin estar pendientes de su empleo.
Para las zonas comunes, el sistema domótico podría encender y apagar las luces de los pasillos a través de la instalación de sensores de movimiento. De esta manera, los propietarios del hotel establecen una independencia total con los interruptores. Otro factor que puede contribuir a hacer más cómoda la vida en la habitación del parador podría corresponder a la instalación de una aplicación móvil para que los usuarios puedan controlar desde la distancia las funciones del cuarto. A través del teléfono, los clientes pueden encender el aire mientras vuelven de la playa, por ejemplo.
Otra de las aplicaciones más versátiles supone la posibilidad de programar las persianas para que se levanten a una determinada hora. De este modo, se puede aprovechar mejor y durante más tiempo la luz natural del sol. El control de la gestión de la luz y la calefacción aporta mayor diversidad de elección, puesto que el cliente se siente como en casa.
La domótica también tiene cabida en la climatización del agua sanitaria. El hotel puede, en este sentido, regular la temperatura de los spa o piscinas a través de un termómetro inteligente. Este mismo sistema que se emplea para controlar la calefacción de una vivienda puede también servir para normalizar y automatizar tanto las cantidades de agua y productos, como los grados mínimos y máximos de estos espacios.
De esta manera, se puede programar para que en los momentos de cierre se renueve el agua y los productos de limpieza, al mismo tiempo que se puede establecer y regular una temperatura para que los spa y las piscinas también puedan usarse en periodos invernales de manera limpia y eficiente.
Las calderas de alta eficiencia energética o los sistemas semi-instantaneos que producen el agua caliente sanitaria en modo condensación son capaces de contar con la potencia eléctrica adecuada, un factor que sin duda alguna derrocha mucho consumo si no se obtiene una cantidad óptima y satisface la demanda del cliente.
Las energías renovables como respuesta a una alta eficiencia energética
Una recomendación que, sin duda alguna, permite amortiguar todos los gastos de iluminación, calefacción y electricidad que se producen en un hotel sería la instalación de placas solares en el tejado del edificio para nutrir a todos los usuarios de energía solar, un recurso gratuito, inagotable y que procede de la naturaleza.
De estas invenciones tan vanguardistas nace la biomasa, un sistema que aprovecha la materia orgánica de los residuos para producir consumo eléctrico. En este sentido, el hotel mata dos pájaros de un tiro, pues en ocasiones suele sobrar comida que termina en la basura. Con esta tecnología, todo lo que se desperdicia, se reutiliza.
De esta manera, el ahorro podría llegar a ser del 60 % en la factura eléctrica mensual. Pese a que el precio inicial pueda hacernos rechazar el ideal, lo mejor es considerarlo como una inversión que a largo plazo recuperará todos los gastos. Las placas solares absorben hasta el 70 % de la radiación solar para transformarla en consumo eléctrico y agua caliente sanitaria.