La subida récord de los precios de la electricidad no tiene final. Según estamos observando, algo que hacemos cada día, el mercado marca nuevos máximos anuales, sin que nada pueda ponerle freno.
¿Por qué?
No hay una respuesta única ni si quiera clara y aun creyendo que conocemos las variables, hay cosas que se nos escapan al control.
Lo que sabemos con certeza es que el problema para el bolsillo de los hogares y empresas es que el precio de la electricidad, parte no regulada por el gobierno, no cesa de subir desde principios de abril de este año, situándose de media por encima de los 0,065€/kWh en abril-mayo y de 0,08€/kWh en junio. Como dato comparativo, tenemos el precio medio de la serie histórica desde que existen datos (2007-2020) que se sitúa en 0,047€/kWh. Prácticamente un 40% de subida en 2 meses, ¿es o no es espectacular?
… y ahora, ¿qué podemos esperar?
La tendencia alcista en el mercado mayorista eléctrico español; en lo que va de mes ha pulverizado un día tras otros precios y registra niveles muy por encima de los países del entorno.
El incremento se debe, intuimos nosotros, al aumento en los precios del gas y de los derechos de emisiones de CO2 que pagan las empresas según lo que producen y en lo que va de junio superan los 51 euros la tonelada emitida, duplicando su valor de hace un año y por 5 el del 2018. Todo ello se une a una menor aportación de las renovables, según algunos expertos, debido a la menor incidencia del viento, que junto con la nuclear -con algunas plantas en mantenimiento o paradas y el incremento de la demanda energética por la llegada del calor, lleva a esa espiral alcista en el precio que no parece tener fin.
¿Qué hay del cambio de normativa?
A esta fuerte subida hay que añadir, además, el incremento sustancial en los peajes de energía anunciados en enero del 2020 pero con entrada en vigor en junio del 2021. Esta es la aportación del gobierno a la subida, para cubrir los “costes del sistema” a lo que hay que sumar los impuestos que afectan al precio final de la electricidad. Si bien el término de potencia en sí mismo baja de precio, la subida de la parte regulada afectará de media en un 15% de subida en el total de la factura, pues la parte de término de energía, que es el coste que se paga por consumo, sube más de lo que baja el coste por la potencia contratada.
Por todo ello, para un hogar con un consumo medio anual de +/-2.500kWh/año equivalente a unos 40€ por mes en la factura de la electricidad, la subida y cambios regulatorios representará un incremento en la factura eléctrica de entre 12 y 15€ al mes. Para PYMES, el problema es mayor…. (continuará…)